Crimental

El Crimen Mental, Crimen de la Mente, también se puede decir Crimen del Pensamiento o Crimental en Neolengua.

El crimental (el crimen de la mente) no implica la muerte; el crimental es la muerte misma.

Un criminal mental es decir un crimental no podía ocultarse por mucho tiempo, en ciertos casos se podía ocultar varios años pero después son descubiertos por los niños espía que denuncian a los criminales mentales o que son capturados por la policía del pensamiento.

El pensacrimen (pensamiento criminal) es el crimen más grave considerado por el Partido INGSOC y sancionado por la pensarpol (policía del pensamiento)

El crimen del pensamiento es duramente castigado, el crimental pasa por un proceso de reeducación, luego muere antes o después. 

Las detenciones de los crimentales se daban por las noches, Winston nos dice que los despertaban con una sacudida al hombro y una linterna les enfocaba los ojos entonces el crimental observaba unos rostros en torno a la cama en la cual estaba durmiendo, luego los sujetos crimentales desaparecían sencillamente sobre todo por las noches, el nombre del criminal mental es eliminando de todos los registros, se eliminaban todas sus referencias y su paso por la vida quedaba totalmente suprimido como si jamás hubiese existido tal persona.

El proceso anterior mencionado sobre el capturar por la noche a los crimentales, eliminar los registros y referencias de ellos, la desaparición total de la persona y su existencia en la vida tiene un nombre muy especial de uso exclusivo, la palabra es ser vaporizado, a los criminales mentales se les vaporizaba. 

Winston aterrado por sus pensamientos criminales dijo lo siguiente:

Disparo en la Nuca

me matarán no me importa me matarán me dispararán en la nuca me da lo mismo abajo el gran hermano siempre lo matan a uno por la nuca no me importa abajo el gran hermano…

Entonces sabemos que tarde o temprano a un individuo crimental se le disparaba en la nuca para matarlo.

Para detener el crimen mental el Partido desarrolla la Neolengua, una de las finalidades de la Neolengua es limitar el alcance del pensamiento, de esta manera se evitaría el crimen del pensamiento, pues ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre?

El Deseo es un Crimen Mental

Catalagoda como crimen, uno de los crímenes del pensamiento era el deseo sexual, el acto sexual bien realizado era un crimen, una rebeldía, el deseo era un crimental.

Incluso Winston no podía despertar los sentidos sexuales de su esposa Katherine pues hacerlo sería una seducción aunque se trate de su propia mujer. 

La Confesión del Crimental 

La policía del pensamiento realizaba un proceso de confesión a los criminales del pensamiento el cual constaban de hacer aprender, luego comprender
y por último hacerlos aceptar que no hay nada más que el amor y obediencia hacia el Partido, de esta manera un crimental es curado y reintegrado a la sociedad, este es su proceso de reeducación, sin embargo en este proceso se tortura al crimental arrastrándolo por el suelo, haciéndole gritar pidiendo misericordia, rompiendo sus huesos, rompiendo y sacando sus dientes, arrancándole los cabellos los cuales salían derramando sangre.

Nadie escapaba de la vigilancia o de la confesión, el culpable de crimental estaba completamente seguro que lo matarían antes o después. 

Parsons 

El crimen del pensamiento es una cosa horrible es una insidia que se apodera de uno sin que se dé cuenta. dijo Parsons

El camarada parsons también había sido capturado por crimental. Parsons es otro miembro del partido exterior al cual ingresaron a la misma celda donde estaba Winston pues Winston también fue capturado por crimental. Parsons nos cuenta que fue denunciado por su hija, su niña como decía él,  su niña escucho a Parsons decir: «abajo el gran hermano» mientras este dormía e inmediatamente llamo a la patrulla de la policía del pensamiento al día siguiente, la niña de Parsons tenia 7 años, a pesar de esto Parsons le decía a Winston que estaba orgulloso de su hija y que no le guardaba ningún rencor, estaba orgulloso de haberla educado bien. 

¿De qué te acusan?  le preguntó Winston.
Crimental dijo Parsons dando a entender con el tono de su voz que reconocía plenamente su culpa y, a la vez, un horror incrédulo de que esa palabra pudiera aplicarse a un hombre como él. Se detuvo frente a Winston y le preguntó con angustia. ¿No me matarán, verdad, amigo? No le matan a uno cuando no ha hecho nada concreto y sólo es culpable de haber tenido pensamientos que no pudo evitar. Sé que le juzgan a uno con todas las garantías. Tengo gran confianza en ellos. Saben perfectamente mi hoja de servicios. También tú sabes cómo he sido yo siempre. No he sido inteligente, pero siempre he tenido la mejor voluntad. He procurado servir lo mejor posible al Partido, ¿no crees? Me castigarán a cinco años, ¿verdad? O quizá diez. Un tipo como yo puede resultar muy útil en un campo de trabajos forzados. Creo que no me fusilarán por una pequeña y única equivocación.

Nopersona

Finalmente los criminales mentales eran vaporizados como ya he mencionado, para pasar a ser nopersonas, nopersona significaba que una persona había muerto.

La nopersona no existía, nunca había existido, nadie lo recordará.

Paracrimen

Desde la niñez se implementa el paracrimen. 

Era el freno de cualquier acto delictivo.

Paracrimen significa la facultad de parar, de cortar en seco y de un modo casi instintivo, todo pensamiento peligroso que pretenda salir a la superficie.

Incluye esta facultad la de no percibir las analogías, de no darse cuenta de los errores de lógica, de no comprender los razonamientos más sencillos si son contrarios a los principios del Ingsoc de sentirse fastidiado e incluso asqueado por todo pensamiento orientado en una dirección herética.

Paracrimen equivale, pues, a estupidez protectora.

Pero no basta con la estupidez.

Por el contrario, la ortodoxia en su más completo sentido exige un control sobre nuestros procesos mentales, un autodominio tan completo como el de una contorsionista sobre su cuerpo.

Sexocrimen y Buensexo

Sexocrimen (inmoralidad sexual) y buensexo (castidad).

Sexocrimen (inmoralidad sexual)

El sexocrimen cubría infracciones de todo tipo: fornicación, adulterio, homosexualidad y otras perversiones y, además, el coito normal practicado por placer.

No había necesidad de nombrarlos separadamente, ya que todos eran igualmente culpables y merecían la muerte.

Buensexo

Buensexo es el coito normal entre marido y mujer con el solo propósito de engendrar hijos y sin placer físico por parte de la mujer; todo lo demás era sexocrimen.

La relación sexual se consideraba como una pequeña operación algo molesta, algo así como soportar un enema.

Tampoco esto se decía claramente, pero de un modo indirecto se grababa desde la infancia en los miembros del Partido.

Había incluso organizaciones como la Liga juvenil Anti Sex, que defendía la soltería absoluta para ambos sexos.

Los nietos debían ser engendrados por inseminación artificial (semart, como se le llamaba en neolengua) y educados en instituciones públicas.

Promiscuidad

El crimen imperdonable era la promiscuidad entre miembros del Partido.

Pero aunque éste era uno de los crímenes que los acusados confesaban siempre en las purgas era casi imposible imaginar que tal desafuero pudiera suceder.
La finalidad del Partido en este asunto no era sólo evitar que hombres y mujeres establecieran vínculos imposibles de controlar.

Su objetivo verdadero y no declarado era quitarle todo, placer al acto sexual.

El enemigo no era tanto el amor como el erotismo, dentro del matrimonio y fuera de él.

Todos los casamientos entre miembros del Partido tenían que ser aprobados por un comité nombrado con este fin Y —aunque al principio nunca fue establecido de un modo explícito siempre se negaba el permiso si la pareja daba la impresión de hallarse físicamente enamorada.

La única finalidad admitida en el matrimonio era engendrar hijos en beneficio del Partido.

Sr. Utopista